martes, 8 de mayo de 2007

Bocados de Autoestima

Sí, me quiero así como soy. Ni mejor ni peor, ni cambiando esto o aquello, y está claro que mejoraría algunas cosillas de mi físico, pero solo sería para verme con el guapo subido algún día más. El querernos está asociado al aceptarnos, al subirnos el ánimo a nosotros mismos cuando nos miramos al espejo en los días horribles; a comerte una ensalada para cuidar tu línea, pero tomar de postre algo de chocolate porque te lo mereces y quieres endulzarte sin pensar en las calorías. Y todo esto lo digo hoy porque nos bombardean con los anuncios de cremas anticelulíticas, con cereales integrales para la cena y bikinis imposibles que ponerse.
Señores,..soy la primera que utiliza esas cremas, que se come esos cereales y que va a intentarlo con ese mini bikini, pero antes de todo esto sé que me quiero como soy, y que los que me quieren también me quieren con mis curvas, y que al abrazarme les estoy más blandita y esponjosa que alguien que se tortura por ser aceptado/a. Vivimos en un mundo dominado por la imagen y el físico, por programas de cambios radicales, de supermodelos que discuten por los mínimos centímetros que tienen de cadera, y todo para qué, para seguir generando primeras impresiones e incluir en nuestro vocabulario habitual términos tan serios como anorexia y bulimia. Debates como el de la masa corporal en las pasarelas de moda hubieran sido impensables hace años, como lo eran que las chicas que desfilan en ellas llegaran a ser sacos de huesos en vez de mujeres esculturales con cuerpos de infarto. La cosa está llegando demasiado lejos y la única forma de pararlo es queriéndonos más a nosotros y a los que tenemos alrededor. Y sobretodo intentar que lo sepan.

El bocado de autoestima en este caso es: “Yo veo a un bombón. Me da igual que el resto vea toda la caja” Amor ciego

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