domingo, 10 de junio de 2007

peldon pol el letlaso!!

Perdón por no escribir desde hace bastante tiempo, pero es que con la vuelta a casa, una cosa y otra no he tenido nada de tiempo para mi ni por supuesto para el blog, pero trataré de enmendarlo.

El otro día recibí un email con una dieta muy curiosa la cual pienso poner en práctica, no por adelgazar ya que adoro mi figura ejem! (vacilada del día), leerla y ya me contareis si la seguís o no ahi va:

Por las leyes de la Termodinámica, todos sabemos que una caloría es la energía necesaria para elevar la temperatura de 1 gr. de agua en 1 ºC. No es necesario ser ningún genio para calcular que si el hombre toma una copa de agua helada (200 ml o 200 gr.), aproximadamente a 8º, necesita unas 200 calorías para ponerla a 9º. Para que haya un equilibrio térmico con la temperatura corporal, serán necesarias unas 5.800 calorías para que estos 200 grs. de agua, alcancen los 37º de la temperatura corporal (200g x 29ºC). Y para mantener esta temperatura, el cuerpo usa la única fuente de energía disponible: GRASA CORPORAL. O sea, que precisa quemar grasas para mantener la temperatura estable. La Termodinámica, no nos deja mentir sobre esta deducción. Así, si una persona bebe una pinta de cerveza (aproximadamente 560 cc) a la temperatura de 8º, pierde aproximadamente 16.250 calorías (560 g x 29ºC). Ahora bien. No vamos a despreciar las calorías que tiene la pinta de cerveza, que son aproximadamente unas 210 calorías. Si se restan estas calorías, tendremos que una persona pierde aproximadamente 16.000 calorías por la ingesta de una pinta de cerveza helada. Obviamente, cuanto más helada esté la cerveza, mayor será la pérdida de calorías. Como debe estar claro para todos, esto es mucho más efectivo que, por ejemplo, andar en bicicleta o correr, con lo que solo se quemarían unas 1.000 calorías por hora. Así pues, adelgazar es terriblemente sencillo. Basta con beber cerveza bien helada, en grandes cantidades, y dejemos a la termodinámica hacer el resto. Suerte con la dieta.

cita al caso "Somos lo que comemos"